A propósito de la pequeña gigante...

El viernes pasado al terminar la jornada laboral se me ocurrió la original idea de ir a ver a la famosa pequeña gigante. Tomo el metro, intercambio línea 5, estación Plaza de Armas, salida Ahumada y.. ahí quedo, parado frente a la escalera, tratando de emerger a la superficie.. junto con un montón de personas que tuvieron la misma original idea que yo.

Con paciencia y con mucha tolerancia a empujones, agarrones y olores diversos, logré salir de la estación. Llego a la superficie, miro alrededor y ahí estaba.... un mar de gente que se prolongaba hasta más allá de lo que yo alcanzaba a ver y en todas las direcciones. Bueno ¿a dónde está la mona? Gente mirando hacia el sur, hacia el norte, este, oeste, arriba y abajo. Al parecer nadie tenía idea...

Dejo por un rato que este mar me lleve suponiendo que la marea se movería hacia el lugar indicado, pero luego de unos pocos metros se cruzaron corrientes con distintas direcciones, produciéndose algo así como un remolino de gente. En ese momento asumí que no le iba a ver ni un dedo a la mona, y me dediqué entonces a observar el entorno:

• Al redededor de la masa, gente asomada desde los balcones.
• Una mujer tirando agua a la agradecida multitud desde un tercer piso.
• Niños llorando, apunto de llorar, con principio de asfixia y con pucheros tan grandes como los de la pequeña gigante (supongo porque nunca la vi).
• Una señora que se quejaba porque alguien la había empujado.
• Un grupo de niñas que venía salmoneando en sentido contrario.
• Uno -que nunca falta- que decidió añadirle un toque de humor a la situación "cabros, nos pusieron roja, no se muevan".
• Un señor enojadísimo con todo el mundo.
• Un weón adentro de un auto en medio de todo pretendiendo avanzar.
• Dos que decidieron tomar cartas en el asunto "oyeeee los de adelante, ¿por qué no avanzan?", "empujemos entonces","yaa po".
• Unos pocos que se creyeron hombre araña y empezaron a buscar algo de altura como fuera.

Cuando me fui (por supuesto que sin ver a la monda) empecé a pensar por qué pasa esto acá en Chile. Viene la Pequeña Gigante y no la ven 5 o 10 mil personas, la ven 60 mil. Viene Spencer Tunick y no se empelotan 100, 200 o 1000 se empelotan 4 mil.... Al parecer algo nos falta a los chilenos. O al menos a los santiaguinos. Queremos mas monas gigantes y mas empelotamientos. A lo mejor la próxima podría ser una mona gigante en pelota. ¿por qué no?